hospital
cabizbajo, moqueando, todo el mundo serio y de repente, detrás de mí, en mi nuca, dos niños riendo, dos niños jugando, el contraste es demasiado grande, quería regañar a la madre que regañaba a los niños, no estaban en un hospital con gente internada, no era una biblioteca, ni siquiera molestaban, sólo eran dos terribles halos de alegría en medio de gente enferma. la risa pura, qué impresión más grande
2 Comments:
ponte bueno Albert... y no pierdas nunca la capacidad de emocionarte con la alegría contagiosa de unos niños...
muchos besos!!!!!!!!!!
ya casi estoy, muchas gracias
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