Wednesday, August 10, 2011

verano


de vuelta a casa de correr con la bici por los alrededores del Manzanares con mi perra, paso al lado de un parque y el olor de los pinos inunda mi nariz y mi cerebro. una avalancha de recuerdos me asalta a traición. vuelvo mentalmente a mis veranos en Cambrils, donde la libertad de ir y volver a cualquier hora era la excepción a todo el año. donde la persecución implacable de otros seres impulsada por las hormonas casi nunca llegaba a buen término, pero qué sorpresas se podía llevar uno en la playa por la noche. aún conservo, pero, la capacidad de sorpresa ante unos labios nuevos. los recuerdos bailaban entre la adolescencia y la niñez, entre lo inocente y la inocente pérdida de la inocencia. pedaleando, mientras Areta jadeaba contenta a mi lado, me he sentido como un chiquillo, con el aire pasando sus dedos por mi cabeza, pedaleando sin manos, tragándome algún insecto por ir haciendo el memo y poniendo carotas aunque ya no tuviera remedio. me encantan los extraños mecanismos de memoria del cerebro, quizá porque apenas gozo de alguna.

1 Comments:

At 9:21 PM, Blogger Una said...

Pues es una bonita imagen y los recuerdos están, aunque a veces nos guste enterrarlos por un motivo u otro.
Me dejas, siempre, con ganas de saber más.

 

Post a Comment

<< Home