tres kilos de personita, un dedo agarrado, un pelazo negro como hacía tiempo que no veía en un bebé, la baba que se cae y la felicidad que se dispersa por todas las esquinas hasta llegar al corazón...
esta lluvia que desde hace dos días moja madrid, creo que es el último estertor de un invierno que nos deja. el sol empieza a asomar por fin en esta tarde aún húmeda, pero tengo la sensación de que en cuanto rompa las nubes con fuerza, se habrá acabado del todo el frío.