Thursday, November 05, 2009

por fin otoño

el sofá me abrazaba como pulpo abisal. electrones brillaban y brotaban de la caja intentando hipnotizarme. pero todo ha sido en vano en esta tarde de noviembre. aunque algo cansado por el corto viaje transportando el hermoso ataúd de cuerdas gigantes, mis mejillas algo sonrosadas me empujaban fuera de casa. una vez fuera de la comodidad, todos mis sentidos me dieron la razón. viento en la cara. tensión en la piel. las manos a los bolsillos. echar de menos algo en el cuello. me he negado a coger ni el autobús ni el metro y he andado el camino que me lleva hacia la que me escucha. sonrisa del que descubre el frío. ojos entrecerrados, aunque sólo un poquito. las hojas aún no caen pero la guadaña del guardián marrón está cerca. muy cerca. pronto dejarán caer las ramas los frutos del calor. pronto quedarán calvos los árboles y los calvos cubrirán con gorros sus ausencias capilares. por fin el frío, por fin agarrarse la manta al cuello por las mañanas. por fin el tiempo se decide a andar con el paso inexorable del calendario. por fin tantas cosas y tantas que tienen que venir.