Tuesday, January 24, 2012

de vuelta al blog

la cotidianidad de la naturaleza me ha sacado de mi sopor. un abejorro, zumbante, gordo, una venus de piedra de las abejas, se paseaba esta mañana de florecilla en florecilla por mi romero. un sol tímido apenas calentaba mi cara tras el cristal mientras observaba sus quehaceres. con el culo blanco y la boca negra se alimentaba. me preguntaba cómo llega un abejorro hasta mi terraza en un tercer piso. espero que se acuerde y vuelva mañana. yo, por si acaso, me asomaré un ratito para divertirme viendo cómo se mueve sin pensar en un mundo de tres dimensiones, mientras yo distraigo mi mente en el mío de dos, incapaz de acercarme a las mismas flores porque, seamos sinceros, nos agachamos a oler las rosas y los claveles, pero el romero no parece más que un hierbajo de segunda clase y, sin embargo, da para la miel, da para la cocina, da para la vida, da para la alegría.