Monday, June 25, 2007

Justicia divina


Un hombre entra corriendo al vagón de metro pues ya se están cerrando las puertas. Gordo y con gafas, sudando por el minisprint que colma su cuota semanal de ejercicio, observa con disgusto a otro hombre al que casi le da un empujón al entrar. Este segundo hombre, conecta un equipo de música portátil y empieza a cantar con acento esteeuropeo el "bésame mucho". La cara de disgusto aumenta y su asco transpira más que la camisa que está empapando. Tras una estrofa y dos estribillos, llegamos a la siguiente parada en la que me bajo yo. El hombre de las gafas decide poner en marcha sus carnes y cambiar de vagón. Me paro un segundo para mirar cuál es la salida que debo tomar y cuando me giro, veo que el hombre con su micro y su carrito ha sido capaz de recolectar a tiempo el vagón de dónde he salido y se mete en... efectivamente, entra directamente frente al obeso y me da tiempo a ver su cara de fastidio y cómo cuando al igual que el metro, arranca otra vez el "bésame mucho" con acento esteeuropeo.
Recomiendo oir "God must be a boogie man" por Joni Mitchell.

Sunday, June 10, 2007

Viaje de sensaciones

Viaje de Madrid a Tarragona. La primera sensación, después de pasar Guadalajara. La lluvia fresca hace que el coche se inunde de olor a tomillo. Más tarde, en los Monegros, el olor a estiércol me recuerda a mis domingos de infancia en el pueblo de mis padres. Cuando ya es de noche y estoy llegando al final de mi camino, se me junta la naturaleza y la industria. Primero un zorro se cruza en mi camino, sus ojos brillantes y su cola peluda atraviesan fantasmagóricamente la carretera. Después, veo las calderas de Mordor, la petroquímica vomitando nubes y fuego al aire. Hipnótica visión para todo el que llega a esta pequeña urbe por la noche. Ya en mi ciudad natal, el olor a salitre que siempre me sorprende y que se me olvida echar de menos. Mistu siempre se levantaba de su sueño en la parte de atrás del coche y se ponía a ladrar cuando también lo reconocía. Y por fin, la sensación de humedad pegajosa, que aunque tiene también su punto nostálgico, no me hace tanta gracia.