Saturday, August 02, 2008

tela de araña


siempre me han caído bien las arañas. supongo que viene de cuando era pequeño y veraneaba en una urbanización rodeada de cañizares, hoy rodeada de otras urbanizaciones, y habitaban las calurosas noches estivales miriadas de mosquitos que parecían tener predilección por mis brazos y mis piernas. así pues, cualquier cosa que comiera o pudiera atrapar esos molestos insectos gozaba de mis simpatías, véase arañas, murciélagos, ranas o luces ultravioletas electrificadas. yo siempre pedía a mi madre que no quitara las telas de las arañas de las esquinas de aquel pequeño apartamento, pero incomprensiblemente y en nombre de la higiene, no me hacía caso.

este año, la invasión que ha sufrido mi casa es de arañas, las he visto blancas, negras, pequeñas y diminutas, hasta es posible que haya deglutido alguna en medio de algún sueño. hoy me he encontrado con una tela magníficamente tejida en la terraza, con esa imperfecta simetría que sólo la naturaleza y sus seres no humanos pueden diseñar. y yo el hombre, yo el ser inteligente y admirado por esa belleza de proteínas plateadas, la he tenido que destrozar. ¿el motivo? he puesto una lavadora (manías que tengo) y al ir a tender la ropa, me encuentro con que el cestillo de las pinzas está sellado por esa frágil hermosura arácnida. con pesar y un dedito, la he roto y apartado. que la araña me perdone.