Diario de prodigios comunes
o el valor añadido de lo mínimo
Monday, January 28, 2008
Wednesday, January 23, 2008
el orgullo del mendigo

un hombre con ropa sucia, barba desaliñada y ojos hundidos recita un poema en el vagón del metro y luego pide limosna. con un monedero en la mano, pide a los pasajeros y una señora le da algo. mira lo que hay dentro, moviendo el monedero como el que mira un moco en un pañuelo y se va refunfuñando "es que hay cosas que empiezan a cabrearme..."
poco después, se de la vuelta y le devuelve a la mujer lo que me imagino serán unos céntimos y le dice algo que no consigo entender y abandona el vagón.
será que la generosidad tiene unos mínimos.